quinta-feira, outubro 20, 2011

O mistério da mãe - Sobre Melancolia




O mistério da mãe - Caderno 3 - Diário do Nordeste

The doctor is IN


“Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra”






OK, sou psicanalista, mas sei por experiência própria que uma depressão, ou mesmo negatividade- generalizando- pode fazer na vida das pessoas. Continuo achando que não basta respirar, é preciso mudar internamente e isso só se faz com desejo e psicanálise- no meu ponto de vista, claro rs.

Não sou fã do 'Segredo', confesso que não vi- achei chatíssimo e desisti no início, mas acredito que é possível, sim, viver melhor se esperarmos que a vida possa ser melhor.
Dizemos- os psicanalistas- que é preciso ter cuidado com nosso desejo, ele pode ser realizado.

Eu li desejo e inconsciente onde dizia coração no texto abaixo.:)

Para traduzir: entre no site que tem ai do ladinho.


Entrevista com Mario Alonso Puig, cirurgião.


“Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra”

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios;
ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en
gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. “Hoy
sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión
tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro.

La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el
pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde
valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y
tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico,
que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere
sentir, la mente se lo acaba mostrando”. Hay que entrenar esa mente.

Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños.
Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid.
Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se
puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas.

-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?
-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que
confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar
por su trayectoria.

-¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el
pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano.
Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la
palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha
sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y
producir cambios físicos muy profundos.

-¿De qué se trata?
-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un
pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación
delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio
permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del
cerebro y en la constelación hormonal.

-¿Qué tipo de cambios?
-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del
aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad
intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro
más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de
sabios?
-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la
respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir
cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la
serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales
entre los dos hemisferios.

-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos
están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen
que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es
más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la
respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

-¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor,
estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero
cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza,
aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el
cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba
mostrando.

-Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos
como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una
interpretación de la realidad.
 
-Más recursos…

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar
con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que
decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva,
específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron
remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los
circuitos que les generaban estas enfermedades.

-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una
frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era
metáforica. Ahora sabemos que es literal: “Todo ser humano, si se lo
propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.

-¿Seguro que no exagera?
-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras
emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del
observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo
que es, vemos el mundo que somos.

-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden
activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las
hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han
demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía
interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario
pueden reducirse un 80%.

-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se
transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de
Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del
impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la
seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para
crecer hay que salir de esa zona.

-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el
inconsciente.
-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando.
Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya
espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay
automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el
entrenamiento de la mente.

-Deme alguna pista.
-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su
propia palabra. Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos
alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la
conciencia.

-Ver lo que hay y aceptarlo.
-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos
cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la
transformación.

Sin fe en uno mismo hay temor,
el temor produce violencia,
la violencia produce destrucción,
por eso, la fe interna supera la destrucción.

Ver en :
http://www.youtube.com/watch?v=kHyi6sQ3Oo4 -

Copiei do Blog do DeRose.

quinta-feira, outubro 06, 2011

O sentido da vida faz falta? por Contardo Calligaris






O sentido faz falta?



A gente procura um sentido para a vida somente quando o cotidiano perde sua graça e seu encanto



É uma queixa frequente: o mundo e a vida fazem pouco sentido -muito menos sentido do que antigamente, completam os saudosistas. Nas famílias, às vezes, essa queixa produz uma espécie de pingue-pongue. Os pais acham que os filhos adolescentes vivem por inércia, sem rumo e projeto: "Eles não estão a fim de nada que preste, não têm uma causa, uma visão de futuro".
Os filhos, confrontados com essa preocupação dos pais, declaram que, se precisassem mesmo de um sentido para viver, certamente não é com os pais que eles o aprenderiam: "Mas qual sentido gostariam que eu escolhesse para minha vida, se a vida deles não tem nenhum?". Nesse diálogo, o sentido parece ser sempre o que falta na vida dos outros que criticamos.
Também existem indivíduos (adolescentes e adultos) que se queixam da falta de sentido em sua própria vida: "Viver para quê? Todo o mundo vai morrer de qualquer jeito; que sentido tem?".
Geralmente, ao procurar responder a essas constatações desconsoladas, amigos, parentes e terapeutas agem como os pais que mencionei antes: querem injetar uma causa, uma visão de futuro na vida de quem lhes parece ter perdido o rumo "necessário" para viver.
Agora, eu não estou convencido de que, para viver, seja necessário que a vida tenha um sentido. Quando alguém se queixa de que sua vida é sem sentido, não tento interessá-lo em grandes razões para viver. Prefiro perguntar (para ele e para mim mesmo) de onde surge tamanha necessidade de um sentido. É curioso que, para alguns, a existência precise de uma justificação, de uma razão, de uma causa, de uma visão de futuro.
Em regra, essa necessidade de justificar a vida se impõe quando a própria vida não se basta mais. Ou seja, é quando os gestos cotidianos perdem sua graça que surge a obrigação de fundamentar a vida por outra coisa do que ela mesma.
Nota clínica: a depressão não é o mal de quem teria perdido (ou nunca achado) uma grande razão para viver. Depressão é ter perdido (ou nunca encontrado) o encanto do cotidiano. Por consequência, tentar "curar" a depressão de um adolescente propondo-lhe militância política ou fé religiosa é nocivo: se a gente conseguir capturá-lo num grande projeto, esse mesmo projeto o afastará ainda mais da trivialidade do dia a dia, cujo encanto ele perdeu.
Resumindo, quando alguém se queixa de que a vida não tem sentido, o problema não é ajudá-lo a encontrar o tal sentido da vida, mas ajudá-lo a descobrir que a vida se justifica por si só, que ela pode ser seu próprio sentido.
A cultura moderna poderia ser dividida em dois grandes blocos (que não coincidem com as tradicionais divisões de esquerda vs. direita etc.): os que pensam que o sentido da vida não está na própria experiência de viver (mas na espera de um além, num projeto histórico etc.), e os que pensam que a experiência de viver, por mais transitória que seja, é todo o sentido do qual precisamos (nota: a psicanálise, inesperadamente, está nesse segundo grupo, por constatar que a gente sofre mais frequente e gravemente pelo excesso do que pela falta de um sentido).
Alguém dirá que, com o declínio das utopias políticas e algum avanço (talvez) do pensamento laico, o sentido da vida está em baixa. Em suma, eu estaria chutando um cachorro morto.
Não concordo: talvez a própria crise das utopias e de algumas religiões instituídas esteja reavivando uma espiritualidade que tenta sacralizar o mundo, prometendo, no mínimo, sentidos ocultos.
O esoterismo "new age" nos garante que a vida tem um sentido misterioso, que a gente nem precisa saber qual é. Melhor assim, não é? Acabo de ler um breve (e delicioso) ensaio do filósofo italiano Giorgio Agamben, "La Ragazza Indicibile" (a moça indizível, Electa, 2010). Agambem (retomando um ensaio de Jung e Kerényi, de 1941, sobre Koré, a moça sagrada -Perséfone na mitologia clássica) mostra que os mistérios de Eleusis (que são os grandes ascendentes do esoterismo ocidental) de fato não revelavam nenhum grande sentido escondido das coisas e da vida -a não ser talvez o sentido de uma risada diante do pouco sentido do mundo.
Ele conclui com a ideia de que podemos e talvez devamos "viver a vida como uma iniciação. Mas uma iniciação ao quê? Não a uma doutrina, mas à própria vida e à sua ausência de mistério".