Freud y los "quitapenas"
"Tal
como nos ha sido impuesta la vida nos resulta demasiado pesada, nos
depara excesivos sufrimientos decepciones, empresas imposibles.Para
soportarla no podemos pasarnos sin lenitivos.Los hay quizá de tres especies:
distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria,
satisfacciones sustitutivas que la reducen, narcóticos que nos tornan
insensibles a ella(...)¿Qué esperan los hombres de la vida, qué
pretenden alcanzar en ella?.Aspiran a ser felices, quieren llegar se
felices, no quieren dejar de serlo.Esto implica por un lado evitar el
dolor y el displacer, y por otro experimentar intensas sensaciones
placenteras(...)El sufrimiento nos amenaza por tres lados: desde el
propio cuerpo, que condenado a la decadencia y a la aniquilación, ni
siquiera puede prescindir de los signos de alarma que representan el
dolor y la angustia, el mundo exterior capaz de encarnizarse con
nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes e implacables, y de las
relaciones con otros seres humanos.El sufrimiento que amenaza desde esta
ultima fuente, quizá nos sea el más doloroso que cualquier otro.(...)El
más crudo pero efectivo de los modos destinados a producir
modificaciones en el soma es el químico. La intoxicación proporciona
sensaciones placenteras, modificando las condiciones de nuestra
sensibilidad.No sólo se les debe el placer inmediato, sino también una
muy anhelada medida de independencia frente al mundo exterior.Los
hombres saben que por estos quitapenas, siempre podrán escapar del peso
de la realidad(...)También se sabe que precisamente esta cualidad de los
estupefacientes es la que entraña su peligro y nocividad"
Sigmund Freud /El Malestar en la Cultura / 1930
Esto lo escribió un genio llamado Freud hace ochenta y dos años, parece
que lo hubiera escrito ayer en la crónica de algún periódico o en la
columna de alguna revista especializada. Me asombra cada día la lucidez
de este hombre, su sensibilidad, su capacidad para captar y capturar en
su prosa y en su pensamiento la esencia de lo humano y la labilidad del
sujeto-parlante.Por eso parafraseando a Lacan, le hacemos decir hoy, que
no hay sobre la tierra y entre los genios, captura de lo humano tal
como la hay en la obra de Sigmund Freud. Simplemente asombrosa y muy,
pero muy adelantada a su época, de tal suerte que fué él quien con los
estudios neurológicos de su época dio pie a ulteriores descubrimientos,
tales como la arborificación de la neuróna y la ideación del modelo del
sistema nervioso central.Se adelantó a la lingüística y su sistema,
plasmado en la carta 52 a Fliess, aún hoy es un faro que alumbra la
clínica psicoanalítica:
p---------ps--------Ics-------pcs-------cs
xx xx xx xx xx
x xx x x
w wz ub vb bw
Via FB Literatura e psicoanálise.
sábado, janeiro 12, 2013
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